Ello remite a que Bourdieu es un científico muy complejo, un intelectual radical -hasta su muerte buscó con su investigación transformar las sociedades sobre las que tenía proyección- y además uno de los investigadores más transdisciplinarios. Bourdieu poseía una preparación filosófica muy fuerte, de manera que nunca estaba hablando solamente de lo que parecia hablar, estaba siempre atravesando sus estudios, incluso los mas específicos como su texto pionero sobre la sociología de la fotografía, de una reflexión filosófica sobre los modos ver.
Otra peculiaridad de Bourdieu es que en su investigaciones no se limitan a trabajar con sus propias fuentes sino, como en esa obra clave que es La distinción. Critique sociale du jugement, donde estudia cómo nos distinguimos socialmente, y como la distinción pasa por el gusto, y los usos sociales del gusto, se basa en múltiples tipos de estadisticas y datos recogidos por otros pues lo que hace el investigador no es tanto la estadística como su modo de leerla. Hay un capítulo extraordinario en el que Bourdieu estudia cómo los sectores populares, los sectores obreros, gustan de la carne grasosa mientras que a medida que subimos hacia las clases media y alta se come mas carne pero sin grasa, casi sin grasa. Y entonces el destapa las trampas de cierto marxismo que dice: es porque la carne grasosa es la barata por lo que los pobres, que no pueden commer otra, engordan, mientra que los que tienen plata para comprar carne sin grasa son mas flacos y apuestos. Analizando estadísticas del consummo de carne realizadas por la asociación del gremio en Francia, Bourdieu des-cubre que la razón de los consumos no es sólo económica sino también estética: en los sectores populares la gordura es expresión de salud y es signo de bienestar. De ahí entonces que la determinante económica no sea la única que hace que los pobres coman carne con mucha grasa, sino que el ser gordo es un modelo de cuerpo bien visto en los sectores populares, o sea hay modelos sociales de cuerpo que están marcados por la clase social,por sus gustos. En esas páginas de La distinción Bourdieu da una lección de finura analitica a todo el marxismo de catecismo que aplicaba su visión mecánicista de la causalidad económica al análisis de las condiciones sociales demostrando cómo las dimensiones, incluso aparentemente subjetivas, de lo simbólico están atravesando las costumbres, los modos de ser, las rutinas de la gente.
Este es un filón de investigación desgraciadamente casi desconocido en Colombia, un país donde se ha leído a Bourdieu bastante poco y donde, sobre todo, no se le ha usado intelectualmente para estudiar los campos del arte, de la ciencia o de la política. Por eso agradezco mucho a estos dos profesores de la Nacional, y del Externado que hayan hecho el esfuerzo y tenido la honestidad de explicitar que se trata de una una introducción elemental, para los que empiezan a estudiar ciencias sociales. Y que si este país se halla especialmente necesitado de pensar las dimensiones culturales de sus tragedias pues gran parte de sus violencias y de los conflictos que lo desgarran tienen que ver con castraciones de lo simbólico en la esceula y en la casa, en la calle y en el trabajo.
Y como lo que estoy pidiendo es que utilicemos Bourdieu para comprender este país, me voy a traver a poner un ejemplo de ello: la necesidad que tenemos del conpeto de habitus para cuestionar la idea de competencia que el Ministerio de Educación esta usando a troche y moche, y en nombre de la cual se proclama nada menos que una “revolución educativa”!. Como en este país vivimos aun bastante aislados entonces nos encontramos con que la noción de competencia no se ha recibido ningún debate, ni en revistas académicas, ni en periódicos, permitiendo así que el el Ministerio de Educación pretenda incluso enseñar competencia ciudadana por televisión. Aquí no leido nada que ponga a la competencia en el aprendizaje en relación con la competencia en el mercado, cuando la verdad es que es esa noción la que hace el oficio de matriz de innovación en la gestión neoliberal en gran parte de las empresas industriales y comerciales. Claro esa noción tiene un origen y un sentido muy distinto en la línguistica de N. Chomsky, en la antropología de G. Bateson o en la semiótica de E.Veron que la acuñaron como competencia lingüística, comunicativa e ideolígica. Pero hoy el éxiyo de la noción de competencia le viene de su relación matricial con la competitividad , esto es con los estandares de calidad y no con sus raíces científicas.
Por todo ello mi propuesta es que la forma de corregir radicalmente el sesgo competitivo que hoy lastra la categoria de competencia, es ponerla en relación transdiciplinar con el concepto de pacto habitus elaborado por Bourdieu, esto es con esas aptitudes que vamos interiorizando en la vida cotidiana, y que según Bourdieu se expresan en los modos de relación con el lenguaje, con el saber, con la autoridad, ect. Pues los modos de adquisición se perpetuan en los modos de relación con. Asi no es la misma relación con la lectura en una casa donde hay libros y en otra donde no los hay, o con la música en una casa donde hay piano y otra donde no lo hay pues lo que existe o falta es una mínima relación con el hacer, con el crear y no solo con el consumir.
Y junto con el concepto de habitus para contrarrestar las tendencias pragmáticas y behavioristas que arratra la idea de competencia, necesitamos tambien de otro concepto de Bourdieu, el de capital simbólico o capital cultural con el que nacemos marcados según el grupo social al que pertenecen nuestros padres, nuestra familia; capital cultural que va a estar condicionado fuertemente las historias personales de vida que es en las que se inserta el aprendizaje de compretencias.
Un Bourdieu muy jóven publicó un libro, hecho con Passeron, La reproducción, que fue la clave del debate de los años sesentas sobre la Educación. Y ese libro marcó la historia de los estudios de la educación, no sólo en Francia. Ojala que nuestra educación y nuestro mundo cultural se abran a los aporte de Bourdieu para que este país pueda comprender mejor la envergadura de los de conflictos y las lucha que vivimos, ayudándonos con su lucidez y radicalidad a transformar este país en un país mucho mas habitable para todos.
______________________________________ Bogotá, febrero del 2004